El abejorro y su sueño
¡Los científicos dicen que no puede ocurrir! ¡Es imposible! La teoría de la aerodinámica es muy clara. Los abejorros no pueden volar. Se debe a que el tamaño, peso y forma del cuerpo no es proporcional al tamaño de sus alas, lo que, aerodinámicamente, hace imposible que pueda volar. Es demasiado pesado, ancho y largo para volar con alas tan pequeñas. Sin embargo, el abejorro no sabe todos esos datos científicos y vuela. Dios creó lo creó y le enseñó a volar. Obviamente que el abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica. Él, simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba haciendo. Él, simplemente, voló. No se preguntó si Dios lo amaba, al darle esas alas tan pequeñas. Él, simplemente, voló. Reflexión: Cuando...